Monología

(a Augusto y Oliverio)

Hago monos.

Monos, completos...
con cabeza ergida, cuello fuerte, entómago tiernito y blandito para morder despacito con la boca amplia, caderas móviles de hamaca, piernas de milonga y pies no pedestres, pies suspendidos (como la cabeza)
Lo más difíl, la cola... tiene que tener necesariamente el rulito, sino le mono no está terminado...

Hago monos.
de giros y emergeres.
(de palabras sin agua y con sonidos)

Hago monos.
y les pongo el nombe en la frente que coincida con la comida que tiene en el estómago.
Los beso, los mando y los pinto

Hago monos.
y cuando termino, no me crucifico abriendo las ventanas ni me hago monigote de barro... bailo con las cortinas, aplaudo con los postigos, y en puntas de pies, primera posición y puntas de pies (de nuevo)descuelgo un pasacalles que se enredó con la trabita de la ventana (janela)...

Hago monos.
(ya dije)

Agridulce

Me pongo una maceta en la cabeza sin cansarme de tragar mariposas móviles e insinuantes como papas hervidas… doy una vuelta carnera poco feliz. Traspaso el suelo, con tallo y todo llegando a un río que huele a miel anaranjada de banana recién exprimida… la pelo; la miel pelada deja el amargor propio de la saliva muerta y me besa de a poco la nuca y la rodilla
En ese río había osos y chizitos, todos juntos y aunados en una mixtura tuberculosa de néctar, de ampolla, de blister de medicamento masticado-digerido-emancipado…
Y estaba yo… mitad-oso-y-chizito-con-maceta-en-la-cabeza-y-miel-en-el-contorno, o en realidad no estaba, sino que me estaba…
Ese, Leteo borra dedospendrive me mordió la uña en falange de mirada (levante de hombros en mirada de qué me importa) me dejó los piesitos-pequeñitos-orientalizados (shh!) que de Aquiles tenían solo el talón, para navegar en lo pólenes flotantes de colchoneta de verano, aunque preferí sentarme en el sombrero de una media-naranja y tomar el cabito de una cereza para irme, de a poco, remando. Hasta que llegué al Río de La Plata, me tomé un colectivo (poco feliz como siempre…) y no me importó que me miraran la macetacraneal ni que mi vecinito de asiento se haya dado una gran panzada lameteando mi valija, mi brazo y mi dedo… (yo le mordí sus dedoschizitos… salados, claro!)

Da-da-da-da-da-da-da

Helénica (y como neblinada)

Amo las aguas de los mares/El cuerpo duele con el fuego de la espada/¿Escuchas la libertad de la estatua en tus tardes?/ No florece tu ojo, oh Cíclope!/Oh estraño/Oh Hércules/Esta muchacha baila y canta en la negra coraza. Las manos, las bocas, los cuerpos son los velos de tu veneno/(Amo los venenos de las aguas de tus mares)

30VI

Subían desde el frente, dos…
dos
dos camisetas de la mano.

Bajaban tres cotorras sin plumas, al frente…
al frente
al frente de mí.

Después
yo

Y cinco cotorras con plumas sobrevolando encima.

Abajo yo…
sin plumas
sin camiseta
el cuerpo pintado y
con mi bufanda
celeste
ciñendo

de a poco

mis tres costados

25VI

Cuando empiezo a mirarte como pidiéndote permiso para saludarte, (es decir, con el gesto del que va a cabecear un centro que viene desde el corner pero que mira la pelota con la dificultad del rayo-de-sol que encandila. Así, con ese gesto) como pidiéndote permiso para saludarte, repito… es cuando ya estoy perdida… (Ay!)

estoicamente me asomo y acomodo en el cadalso y apoyando el cuello en la guillotina te digo a viva voz:

-Dale! Cortáme la cabeza!...
Total no me voy a dar cuenta.


(y encima te morís de las ganas, no?)