viernes, agosto 26, 2005

... y enfrentándote


Será el día en el que mi centauro te desequilibre la balanza, cuando mi flecha (no veloz) haga sonar los platillitos de tus costados... Ese día las ancas de mi caballo van a ser las caricias del aire en tu equilibrio. Ese día las patas se van a enredar con tus cadenas aúreas y capaz que hagas caer a mi caballo... eso sí... no va a dejar de relinchar por eso.
Quizá mi arco corte los platillos para que puedas dejar de pesar todo... pero no por eso vas a dejar de mirarme con la agujita celeste de tu centro, que empieza a perderse.
Será el día en el que mi centauro deje de tirarte flechas y empiece a hablarte, será el día en el que el centauro sea más humano o el día en el que la balanza se conmueva... con el trote de mi caballo.