martes, noviembre 02, 2010

Noviembre

Ay, hoy salí a puentearte Rayuela, a querer quebrar los puentes a lo Maga, o un poquitísimo extracto (osadísimo de mi parte). Y sé que andabas conmigo, Julio, como en el cementerio, porque me confundías los pasos y me los dirigías divirtiéndote, y divirtiéndonos.
Tenés la capacidad de hacer conmigo o que haría Rocamadur con una muñeca o la Maga con Rocamadur.
Me confundís y me aclarás las cosas de manera absoluta. Hacés que se me estruje el corazón cuando voy por la rue Dauphine, a lo de Pola y piense en la Maga. Hacés que en la esquina me salude un viejito disfrazado de marinero: "Bon jour!".
Pero también hacés que leyéndote en las Tuileries vea lo que no está:

{Escuchame pelotudo, leéme! Te me aparecés como un fantasma al que arrastro desde los pies (?). Veo a un tipo con cámara de fotos y sos vos atrás del lente. Recorro los puentes y varios lugares en París e imagino las fotos que podrías sacar. Vi el Arco del Triunfo desde tu vértigo de foto, desde la perspectiva esa desde la que me pasa algo en los pies, "el mirar así"
Y hoy fue el colmo. Porque estoy segura que bien podrías haber sido vos. Con tu cámara. Con un gorro ridículo. Con una cámara. Con un bolsito cruzado. Con sonrisa. Sacándole fotos a los pájaros, hasta el festejo tan divinamente pelotudo como vos mismo. Festejando una foto como seguro lo harías vos. (Hay flashes mientras escribo. ¡Demonios!)
Siempre pasa lo mismo con vos. Siempre es el ir y venir en mi cabeza y aunque estoy en el culo del mundo y hablo en algo que de seguro es "otro idioma". ¡Paf! aparecés con tu lente a verme, a distorcionarme. Torcionarme la vida. Con tu visión tan compleja y vertigionosa... Tan, tan que te tuve miedo. Eso era lo que me pasaba con vos. Te tenía (tengo) miedo. Un miedo terrible a verme los abismos, así... con eso que me pasa en los pies por mirarme así.
Boludo, nos repelemos y nos olemos como animales. Tengo unas ganas tremendas de verte, pero más de que me veas y después verte el gesto. ¿Qué harías?
Hoy cuando pensé que eras vos, aouch!, casi me muero, el corazón era tuc-que-tuc-que-tuc-que-tuc.
Y tengo unas ganas de llorar tremendas, así como cuando pensaba en la Maga por la calle de Pola. Aouch!}

París es lindo caminarlo, y sabés, Julio, cuando pasé por la Tour Sain-Jacques hasta vi la sombra violeta. Vi uno de los bares. Vi el carrefour dee l'Odéon. Vi la rue de Seine. Vi algunos de los lugares, no todos porque espero que mme los muestres a tu manera. Esto de caminar con sol, con nubes y gotitas de llovizna al mismo tiempo. Eso de hacerme pisar bosta varias veces. Eso de caminar por las calles que no veo en el mapa.
Ay, Julio, ¿qué haría sin vos en París?

5 tejieron:

Martín dijo...

Como que no te puedo creer que estés en París vos!!!

Verónica Cento dijo...

Wow. Sin palabras, Cori.

No sé por qué pero me gustaría encontrarme con casi todos salvo con Horacio. Principalmente con Traveler, Talita y la Maga. Son como los que me partieron el corazón cuando leí Rayuela.

:-)

Corina Margarita dijo...

Martin: creer o reventar... yo reventé!

Vero: Horacio me da una pena... tan castigador y autocastigado, no sé...

María Evangelina Trabucco dijo...

Francia le ha partido la estructura literaria a ud. y no por haber encontrado movimientos nuevos, no no... parece que esos humanistas han desaparecido hace rato y quizás para no volver.
Qué triste y grandioso a un tiempo que encuentres la magia de París a través de un argentino, no?

Corina Margarita dijo...

desaparecidos de la faz de la tierra, tristemente... los movimientos se desprenden desde adentro y con violencia, es la única manera de desprenderse...
Y sí... el argentino tiene magia, mago Julio, siempre él!