sábado, marzo 03, 2012

cigarrillos

Hay veces que evadimos tanto el camino que siempre nos termina llevando a Roma

Me canso de verte en tu hermano, en las ventanas grandes del local de la calle que va al shopping... me canso, sí. (y pienso en tatuarme alguna boludez, pero no)
Evito entrar al google analytics para no ver la localidad de la gente que entra (por las dudas).
Y aunque me hayas bloqueado en Face (andá a saber por qué demonios) te la arreglás para aparecer cuando incluso estoy buscando a cualquier persona con fines divertidos, estúpidos, huecos, vacíos... Llena de risas por la ridiculez de mi manía distendedora de "detectivear" en la red, de armar mapas de relaciones y demás nimiedades.
Zas! o Flash! (no sé qué sonidito te va a dar más gracia y hacer más feliz)
Y de pronto te veo ahí feliz
y está bien
es bueno ser feliz
muy bueno

mientras yo estoy acá
a lágrima suelta que cae sola
frunciendo la nariz y la boca
como si esa mueca de payaso frenara algo
y respiro profundo pero puchereo igual

y te veo feliz, y en el fondo es posible (mentira! lo sé y lo sabés también) que hubiéramos estado buenos juntos, muy buenos
que tenés algo que es mágico (pero tenés lo otro que es terrible)
esa dualidad que te vi
ay

no sé qué hacer... y dejo esta pantalla ilusoria y me acuerdo del paquetito de cigarrillos que dejaste en casa y que guardé
lo sacó de la cajita transparente, lo abro, veo una fecha... y entre lagrimeo dramático. Bolsa. Tacho. Nudito. Puerta.

esperando que con eso, te vayas un poquito más lejos de lo que ya estás
(no, nunca voy a poder tirar tus fotos... y esa es una condena y lo sabés... hasta lo debes haber hecho a propósito... no se pueden tirar esas fotos, nunca)