martes, septiembre 20, 2011

Vapor

Hay un vapor que me envuelve. A veces es gris y otras ridículamente rosa (hasta parece narcótico).
No tengo ganas de que el vapor se haga agua y después piedra. Lo quiero así, intangible.
Todo es más fácil y más complejo cuando no se puede tocar, y cuando eso tampoco nos toca.
Nos volatiliza.
Veo el vapor pero no es miedo, es otra cosa más a nivel de piel, no de espalda.
¿Qué sos vapor?
De a poco osás rozarme una pestaña; pero no te puedo devolver el gesto porque te aireás. Es como si te concentraras violentamente para hacerme una cosquilla pero sos vos el que no te la aguantás, vapor.
No puedo ni verte porque estás muy disperso y brumoso, como recién pasado por un microcolador.
Pero seguís envolvente y no puedo evitarte de mis contornos, ni esfumarte más porque ya estás disperso. Obsenamente disperso.
Hasta me das bronca de tan amplio que te aparecés como burlándote espectralmente.
Ahora me concentro en ira y me duelen los músculos cerrados porque como no puedo tocarte me encierro en cuerpo entero y me duelo como te podría doler a vos.
Guardate la caricia de pestaña, no me afecta que te concentres en la cosquilla.

Mirame.
Violeta y apretada.
Mirame.
Sin respiración.
Mirame.
Al borde del colapso.
Esto.
Esto sí es amor.



(no esa ridiculez que estas haciendo vos, vapor)